Sufrimiento

 

El cuarto capítulo de la carta apostólica del Papa Juan Pablo II SALVIFICI DOLORIS cubres superación del sufrimiento de Cristo por medio del amor. He recogido humildemente cuatro ideas claves en el capítulo: malicia de Lucifer, malicia del hombre, sufrimiento y bienaventuranzas.

Malicia tiene dos características principales: ignorancia y arrogancia. Lucifer conspiró con sus discípulos a ser superior a Dios. Derrotado, Lucifer se convirtió en Satanás, sus discípulos en demonios, y se fueron al Infierno. Satanás plantó malicia en el alma del hombre a través del engaño, porque elle tenía envidia del hombre, la creación suprema de Dios. El hombre cayó en la trampa de Satanás, porque él también deseaba ser superior a Dios.

Él hizo a los humanos sujetos al sufrimiento y la muerte, pero Dios no abandonó el hombre y envió a su Hijo al mundo para redimirnos a través de la muerte en una cruz. “Tu sufrimiento es tu tesoro,” el Espíritu Santo me reveló cuando me desperté asombrado una mañana. El artículo Interacción con el Espíritu Santo narra la revelación.

Las cuatro bienaventuranzas del Evangelio de Lucas, (Lucas 6:20-22), implican el sufrimiento. Bienaventurados seréis: 

• Les pobres: porque vuestro es el reino de Dios.
• Que tienes hambre ahora: porque seréis saciados.
• Que ahora lloráis: porque reiréis.
• Cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre.

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